Las cantelas del cheposo (I): Explicación

Debía éste haber puesto chismoso en vez de cheposo, porque toca mejor a lo que toca. Y si es por la CH, que parece que quería, pues también la lleva chismoso. Pero no, ha preferido cebarse en mi trunca condición física, en mi giba, desvaneciendo así la intención satírica de mis cantelas.

DSCN0092¿Cantelas? Basta de ignorancias: en las tierras bajas de Aragón, sobre todo por la zona del valle medio del prodigioso río Martín, son así llamados los chismes, los cotilleos, las habladurías, los comentarios, los ya-ya, los sucesos referidos y las consejas; de ahí que prefiera yo lo de chismoso a lo de cheposo, como que le ponía más realidad a lo que digo. Pero por fin cheposo, ‘Las cantelas del cheposo‘.

Con un punto de nobleza porque además de al chisme y al cotilleo, se llaman cantelas en las tierras bajas de Aragón a los relatos contados al amor de la lumbre o a la recontra del cierzo.

Al amor de la lumbre
o a la recontra del cierzo

Así que hace un decenio nació en la urbe zaragozana, que algunos llaman Saturnia, una colección literaria de ese nombre, Cantela, donde han publicado fabulosos cuentos autores de toda laya, edad y confesión. Por eso estas ‘cantelas’ nacen con un punto de respeto, o sea que… o lo que sea. Y sobre la sustancia y condiciones del cheposo, se dará pronto relamida explicación.

 

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