Escrito por: Chusacel

LA PACIENCIA

Basta con observar la naturaleza para saber lo que es la paciencia. Ésta está llena de ejemplos: el lento desplazamiento de los continentes, desde hace cientos de millones de años a la deriva, la forma de los paisajes, que parecen decirnos que “todo necesita su tiempo”, etc.

La llegada del invierno, por ejemplo, nos recuerda a una mujer embarazada, una etapa de espera en la que la semilla aguardará bajo la luz y el calor que la harán germinar en primavera. Los animales se aletargan en invierno, en primavera se acaban de desarrollar y en verano, por fin, ocurrirá el milagro.

A los seres humanos nos mueve la ley de la satisfacción inmediata, nos cuesta esperar. Sin embargo, a veces las situaciones solo nos piden eso, que esperemos.

TODO A SU TIEMPO

Los chinos, en el libro de la sabiduría “I ching”, ilustran la figura de la espera con la imagen de la lluvia que llega a su hora. Según el “I ching “, en la vida, el destino se cumple por si solo y uno solo ha de encontrarse dispuesto.

De nada sirve precipitarse, agitarse, ponerse ansioso. Los acontecimientos siguen su propio curso ajenos a nosotros.

Creemos que debemos actuar, ser agresivos con lo que nos molesta, pero, en ocasiones es preferible no malgastar energías y mirar con perspectiva, porque todo está en movimiento y acaba pasando. Es muy liberador confiar en el proceso natural y dejarse fluir.

Cuando alguien se arma de paciencia puede afrontar todos los problemas que le plantea la vida, sobre todo porque tiene la seguridad de que alcanzará su META…CUANDO LLEGUE EL MOMENTO.