Escuela, puertas abiertas.

Todos los que estamos aquí dentro sabemos que existe una escuela en el Sociocultural, y no nos equivocamos si decimos que es la actividad en la que más internos participan. Desde DIGO! queremos que conozcáis un poco mejor las posibilidades que el Centro de Educación de Adultos ofrece para conseguir algo que nadie os podrá arrebatar: la Cultura.

EscuelaEl aula del C.P. Zuera del Centro de Educación de Adultos Margen Izquierda, comúnmente conocida como “la escuela”, ofrece la posibilidad de realizar cursos de carácter oficial, y a través de ellos se puede llegar a obtener aquí en el Centro el título de Secundaria, válido en toda España.

El profesorado lo componen cinco maestros y tres profesores de secundaria, que dependen de DGA, no de Instituciones Penitenciarias.La actividad principal del profesorado es la preparación de los alumnos para su futura graduación en educación secundaria.

Podemos, pues, describir varios niveles:

– Los objetivos de la fase o nivel inicial es volver a recordar cómo escribir bien, leer con soltura y llegar a realizar operaciones matemáticas sencillas, así como adquirir una cultura general que permita acceder a la Educación Secundaria. Otra actividad que se realiza es la enseñanza no reglada, con tres cursos de español para Analfabetos en nuestro idioma.

– Al segundo nivel: Educación Secundaria, acceden alumnos provenientes de la Formación inicial, o que tengan estudios primarios, o bien con conocimientos acreditados en la prueba que se les hace antes de ser matriculados para seleccionar su nivel. El objetivo es claro, poder conseguir el título de educación secundaria obligatoria.

– Una tercera actividad consiste en la preparación de las pruebas de acceso a Formación Profesional de 2º grado, que habilitan al alumno para examinarse y que requieren el mismo nivel de aprendizaje que en la calle, así como la misma exigencia que se requiere en ella.

Lo más maravilloso de aprender algo,
es que nadie puede arrebatárnoslo

Para conocer “la escuela” más de cerca se nos ocurrido preguntar a D. Chema, que lleva más de 25 años tratando de educarnos dentro de estos muros. Ésta es su visión de la escuela hoy…

“Siendo sinceros, la escuela vende poco, tiene menos brillo; son menos horas que en los talleres en los que se busca una remuneración fundamentalmente. A diferencia de lo que ocurre en la educación para adultos en la calle, donde sí se busca el título, aqui dentro pesa más conseguir puntos, pasar un rato entretenido, salir del patio o ver a su chica.

escuelaEl perfil del alumno ha cambiado y ahora más que un alumno analfabeto puro de antes, hoy es un alumno que sabe leer, escribir y realizar cuentas, pero se le ha olvidado o es menos diestro por la falta de práctica. No lo ha usado en su día a día al margen de la sociedad “normal” en la que, por cierto, se escribe cada vez menos.

La actividad principal del profesorado es la preparación de los alumnos en educación secundaria, orientada a la obtención del graduado escolar. Cada año se imparten dos cursos cuatrimestrales. Además también preparamos para la obtención de adquisición de competencias de Nivel 2. Se le da al interno capacitación para ser competente para realizar cursos de actividades que no requieran una titulación, por ejemplo cuidar enfermos.

En cuanto al porcentaje de éxito o continuidad asistencial, es difícil de cuantificar, dado que la escuela se entiende como un primer paso para luego ir a otros cursos o destinos y de ahí que el seguimiento disminuya con la movilidad propia de la prisión (juicios, aislamientos, promociones de grado, libertad, talleres, etc.) más que por el abandono propiamente dicho de la actividad. En la Escuela se admite a todo el mundo mientras haya hueco. Cada mes aproximadamente se hace una prueba de selección en la que se evalúa el nivel de cada interno para poder acomodarlo en uno u otro curso. Si no hay plazas en ese momento, se queda en lista de espera.

Una vez entras por la puerta de clase,
digamos que la cárcel se queda fuera

En cuanto a los medios, la crisis es la crisis y no hace distinciones. Los profesores dependen de DGA, y los medios para la actividad educadora dentro de los Centros Penitenciarios los aporta el propio Centro. Cada tres meses el Centro Penitenciario y el Centro de adultos del que depende directamente el profesorado se reúnen para hacer un seguimiento de la actividad.

Por último, sobre el ambiente, tengo que decir que una vez entras por la puerta de clase, digamos que la cárcel se queda fuera. Se trata al alumno como se le trataría en la calle, pero además aquí dentro se establece una relación más cercana. Somos gente de fuera del Centro con los que se puede hablar de cosas diferentes y hasta muchas veces personales.

En especial intentamos que el alumno adquiera una escala de valores distinta a la que tenía antes de entrar en prisión, como saber que el trabajo es necesario para mantener relaciones humanas o interiorizar comportamientos socialmente normales. Sabes que tu trabajo ha servido, más allá de las notas, cuando te saluda un ex alumno por la calle, te reconoce y reconoce tu trabajo”.

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