La red

Los viejos pescadores me habían contado que a veces pasaba, que el mar podía ser así de caprichoso y cruel, pero soy muy joven y esa noche estaba confuso.

La redNo supe en ese momento qué hacer con lo que encontré atrapado entre las redes de mi barco, y lo arrojé de vuelta al mar.

No supe, tampoco, reconocer los rasgos que dibujaban el rostro de la infortunada que quiso poner fin a sus días entre las olas.

No sé. No lo sé.

Solo sé que cuando regrese al anochecer a mi casa, mi esposa ya no me estará esperando.

 

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