El corazón abierto y la cabeza del revés. Así estoy después de salir del teatro.

Teatro… Cine… Cultura. Para mí absolutamente necesaria para respirar, para cuestionar, para resurgir y crear sentimientos. Para desordenar y hacer crecer los pensamientos. Para saber querer más y mejor. Para abrir la mente, replantearte todo y así poder ser mejor persona. Y ser más feliz. Y hacerle la vida mejor a los demás.

Como decía salgo del teatro. Salgo de ver “Olivia y Eugenio”

Un texto maravilloso, de esos que no da puntada sin hilo, dirigido magistralmente por José Carlos Plaza.

Y ella… Qué decir de ella que no se haya dicho ya. Y todo, por mucho que sea, se queda corto. Dama de la escena, diva del cine, imprescindible de la televisión. Talento de los pies a la cabeza. Maestra de arte y vida.

Te quiero. Te quiero mucho.

Y te admiro. Con mayúsculas. Y cuanto más aprendo de este oficio, te admiro más aún.

Prometo trabajar duro cada día de mi vida para seguir con dignidad el camino que habéis empezado. Porque ser cómica le da sentido a todo. Porque, como dice tu libro, el éxito se paga, pero gustosos se pagan los peajes de los sentires, porque sin ellos no hay vida.

Prometo trabajar duro, con el corazón en la mano, por esta profesión. Esta fuerza sobrenatural que gobierna nuestras vidas y que no podría ser más bella ni hacérseme más necesaria. Como el verdadero amor. El más potente.

Maestra y Amiga. Grande Concha Velasco. Gracias. Siempre gracias.