Misión en Costa de Marfil: 9 de noviembre
Hoy la lluvia no nos ha abandonado en toda la mañana. Parece que las estaciones hayan cambiado. Es difícil predecir así los cultivos en una economía tan dependiente del ritmo regular de las estaciones.
Yo me he dedicado a ponerme al día de cuentas y asuntos que había dejado un tanto aparcados durante estas últimas dos semanas.
Por la tarde, me he dedicado a hacer algunas visitas, a estar con las personas. Es lo que mejor sé hacer, lo reconozco, la gratuidad es la llave del corazón. Una llamada me ha llegado mucho, de la hija de una mamá a la que nuestros hermanos de Marandallah han ayudado porque estaba enferma. Me ha llamado para agradecérmelo… y me ha bendecido. Me he quedado un rato dando gracias a Dios.
La gratuidad es
la llave del corazón
También me ha dado para hablar con una joven de su relación con su hermano. Y le he hablado de la relación que yo tengo con mis hermanos. He intentado compartirle que tiene que haber otros modos para madurar y crecer en familia, no sólo a golpes. Al menos, le ha dado qué pensar. Y luego, español, echar un cable con los estudios. Ahora son más de una cincuentena los jóvenes que vienen para estudiar. Es impresionante. Ser signo de esperanza.
Buenas noches y dulces sueños.