Se puede dar por bienvenida la primavera
El lenguaje es caprichoso y la mayoría de las veces, juega en nuestra contra. Cuando nos preguntan “¿en qué andas tan ocupado últimamente?” jamás respondemos “en intentar ser feliz, lo cual es quizás mi pasatiempo favorito”.
Nos crían en dichos populares del estilo “nunca es tarde si la dicha es buena”, o “a quien madruga, Dios le ayuda”. Luego, cuando crecemos, comprobamos que la vida real es muy distinta, y que inclusive con el máximo de los esfuerzos podemos sufrir un revés y enlazar una serie de errores que nos llevan a un callejón sin salida. Incluso habrá momentos en los que creyendo que lo hacemos todo bien, no recibimos reconocimiento alguno, ni mucho menos, recompensa; cuando admitimos nuestra culpa y nos disponemos a intentar sanar todo el daño causado, deseando con todas nuestras fuerzas que el mal se solucione en un día.
Pero desgraciadamente, no es así. A veces, la vida nos ha castigado por nuestra necesidad, por nuestro desconocimiento, sin ofrecernos una voz a la que acudir. Es fácil sentirse abatido y tirar la toalla, equivocarse, fingir ignorar el problema e ir contra todos, simplemente por el hecho de no sentirse comprendido o de no saber qué hacer. Nadie nos prepara para actuar con madurez y calma ante los reveses de la vida. La paciencia es algo que cuesta muchísimo trabajo ganar, y es tremendamente fácil perderla si no nos damos cuenta de su valor; realmente, es un tesoro imprescindible para sobrevivir, una mano amiga, el oxígeno indispensable en la lucha por ser feliz.
Atrévete a ser tú mismo, aunque todavía no te conozcas o estés decepcionado contigo. A pesar de creer que te has fallado, de verte sin ninguna solución para tu persona; sí que existe remedio para tu tortura. Atrévete a fabricar tus aciertos, a levantarte y luchar por lo que quieres, a ser digno de todos los sueños que ansías. Tener esperanza es algo que nunca olvidamos, aunque a veces no seamos capaz de encontrarla. Tener ilusión es algo que siempre permanece, es una victoria inseparable de nosotros mismos. Hasta en los peores momentos, somos capaces de tendernos una mano y de salir del pozo.
La vida es una carrera donde tropezar
no te debe ahuyentar de continuar
Aprende de tus errores y que tu pasado no te impida tener un presente. Serás capaz de arreglar el futuro si confías en ti mismo, de tener la nueva vida con la que tanto has soñado. Entonces, te darás cuenta de que al creer en ti, empezaras a creer también en los demás; porque respetarte a ti mismo es el primer paso para respetar a los que te rodean. En estos objetivos de superación tú mismo eres la mejor ayuda posible. Tú te vas a entender mejor que nadie, y aunque hoy no lo creas, eres un luchador; prueba de ello es que sigues aquí, respirando y continuando la vida paso a paso, sin tirar la toalla en ningún momento.
Ama tu presente incluso cuando este te es esquivo, aprende a sacarle partido a tus maldiciones y sácale el máximo provecho a cualquier momento alegre; la felicidad está en el gesto cotidiano, y la vida es una carrera donde tropezar no te debe ahuyentar de continuar. La imposibilidad solo existe en tu cabeza; lo que te ves incapaz de conseguir, es un objetivo que en un tiempo te sentirás orgulloso de poder cumplir.
Se puede dar por bienvenida la primavera.