Economía: ¿Suma de pocos = Resta de muchos?

La película de Adam McKay “La gran apuesta” basada en el libro de Michael Lewis sobre la crisis financiera, presenta personajes pintorescos desafiando los mercados. La lectura positiva que podemos extraer: su magia para innovar; la negativa sigue, todavía, por un largo túnel. ¿Qué consecuencias tiene la excentricidad de los mercados en transformar un problema en un nuevo activo financiero? Se afianzan productos financieros complejos que lejos de reducir o eliminar riesgos, se comportan como una apuesta de suma cero, sencillamente, las pérdidas de unos (muchos) igualan las ganancias de otros (pocos).

la gran apuestaLas crisis llegan y se van antes y después de manifestarse en la economía real. La cuestión es, si los que ostentan el poder no la perciben, quien asumirá planes contra la desigualdad para animar las economías más debilitadas. El papel de las familias ha sido y es fundamental movilizando sus recursos de padres a hijos y, también a la inversa, de hijos a padres. Pues en una época como la nuestra, donde converge desequilibrio y globalización, es muy difícil traspasar la riqueza entre las distintas capas sociales.

La demagogia utilizada cuando nos dicen “lo peor ha pasado” “las estadísticas no se corresponden con la realidad” es una forma de degradación intelectual. Tuvimos un pasado ilusorio, la economía de antes ya no existe, hoy se necesita más compromiso social ante un paro estructural sin fecha de caducidad. El desequilibrio funciona con increíble eficacia. Leo un dato y escribo: España lleva años liderando las tasas de paro de los países más desarrollados del mundo y “el temor” a quedarse en paro, según la OCDE.

Ya se sabe que Bruselas reclama más ajustes (recortes de 9.000 millones de euros) para reducir el déficit comprometido en el Pacto de Estabilidad. Pero también lo vientos de cola empujan a la economía española (moderado crecimiento, reducción del coste del petróleo, debilidad del euro, políticas monetarias favorables) con permiso de los mercados financieros. Ya es tiempo de fortalecer la sociedad corrigiendo las desigualdades que siempre quedan, en un segundo plano, para después.

¿Cómo lograr una redistribución
que reduzca la pobreza?

Los problemas son impacientes, presionan. Se necesita lideres que no impongan sus opiniones, sino, sencillamente, que intenten comprender los problemas de la economía para mitigarlos. Ciertamente, da la sensación que nadie se ocupa demasiado por aquellos que caminan por un laberinto de difícil salida: desempleo y salarios deficientes.

¿Cómo lograr una redistribución que reduzca la pobreza? La política fiscal es un mecanismo que puede reparar, a posteriori, parte de los desequilibrios sociales.

¿Cómo utilizar la información tributaria que genera los convenios bilaterales? Con voluntad y acuerdos globales para eliminar la artesanía fiscal que elude el pago de miles de millones de euros. La UE calcula pérdidas de 70.000 millones de euros al año por la fiscalidad creativa de las empresas tecnológicas. Así son las cosas, así se pierden recursos: la indiferencia. A este fin importa mucho una fiscalidad común acompañada de más solidaridad y menos discursos manipuladores de la realidad.

Cuando las políticas se paralizan, cuando no saben dónde van porque, en definitiva, no van, se instala la iniquidad y la desigualdad. Yo pienso en cómo se pierde el tiempo – quiero decir: la inutilidad de tanto enfrentamiento personal e ideológico -, o peor: en el coste de no hacer nada, la incertidumbre.

Imprimir artículo Imprimir artículo

Comparte este artículo

1 comentario

  1. Excelente articulo, que sin lugar a dudas (todos comprendemos), pero ciertamente ¿ existe esperanza,
    para que algun día pueda haber esa ansiada (igualdad)?

Deja un comentario

Por favor ten presente que: los comentarios son revisados previamente a su publicación, y esta tarea puede llevar algo de retraso. No hay necesidad de que envíes tu comentario de nuevo.