En la orilla
Sin tristeza,
sin alegría,
vienen.
Vienen indefensos:
sirios, afganos, eritreos y muchos más, solos, como ciegos. Todo se confunde….
En la noche, sin mirar atrás,
hombres y mujeres sin destino
dejan sus raíces en una tierra
inserta en la oscuridad.
Algunos, pocos, siempre son pocos,
llegan a la arena como si no llegaran.
Amanece. Una playa.
Primavera. Se exhala la pobreza
humilde y por humilde viene larga
desde las duras esquinas de otra orilla.
Sus ojos – se les olvidó mirar -
no olvidan
que fueron traídos al mar,
no olvidan el grito
de los que fueron traídos para la mar.
En el mar el grito se estira hasta la muerte.
En plazas y calles los he visto.
Y están como distantes, ociosos
y casi siempre huyendo.
Cuando caminan, caminan despacio.
Hay gente que habla, contra ellos
y contra mí, de miedo y perfilan vallas.
Así no pueden.
* Finalista categoría Poesía en el Certamen ”Picapedreros” de Poesía 2015 para escritores del exterior
