Escrito por:  Pilar Gómez de Miguel (profesora de Lengua y Literatura IES Virgen del Pilar, Zaragoza).

El jueves 9 de mayo recibimos en el instituto una visita muy especial. Esta vez no se trataba de autores de libros, ni de matemáticos brillantes. No eran unos entendidos en igualdad, ni en orientación universitaria los que venían a hablarnos. Se trataba de cuatro internos del Centro Penitenciario de Daroca que venían acompañados de una jurista y dos educadores a hablar a  1º de Bachillerato sobre su experiencia vital.

No, no iban esposados; no llevaban detrás policía ni perros, ni tenían cara de malos. Se había confiado en ellos para una gran misión. Era un fantástico día de primavera para aprovechar. Qué buena coincidencia.

Nos contaron sus vidas. Se fueron poniendo de pie, de uno en uno, y nos fueron leyendo sus biografías  con sus nombres;  hablaron de sus familiares, de  sus afectos, de sus delitos, sus penurias, sus infamias; de  los hechos por los que ahora les cuesta perdonarse, de sus recaídas, y también de sus épocas más felices. Todos ellos describieron el encierro en  su verdadera y primera cárcel antes de la cárcel: la droga.

Les escuchamos durante una hora  relatando su vida voluntariamente de uno en uno, no ante un tribunal, sino ante ellos mismos y ante chicos y chicas de la edad  a la que empezó su calvario. Nos emocionó escuchar cómo su mayor motivación son los hijos que tienen fuera, y cómo encontraban siempre a sus padres al otro lado,  aquellos a quienes tantos disgustos habían dado. Qué valioso testimonio vuestra vida para nosotros.

Gracias por vuestra generosidad, como dijo Casiano. Vuestra experiencia nos sirve más que cualquier otra información. Enhorabuena a la UT E (Unidad Terapéutica Educativa) por unir en  vuestro nombre y en vuestro objetivo terapia y educación.

Ánimo y fuerza para seguir. Los que estamos aquí os esperamos con los brazos abiertos, cuando ya estéis libres y sobre todo, liberados ya de vuestra primera y más terrible cárcel.

Hasta pronto.