MUXES (MUSHES)

Ya en tiempos prehispánicos los Muxes eran reconocidos y respetados como seres pertenecientes a un tercer género. Siempre habitaron Juchitán, uno de los cinco distritos del Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, México. Pertenecen a la civilización zapoteca, una avanzada comunidad de entonces que fue ejemplo de convivencia y pluralidad social. En la actualidad y ante los ojos del mundo, son indígenas travestis, aunque ellos no lo consideren así. – “No somos gays, ni transexuales, ni travestis, tampoco somos mujeres, nosotros pertenecemos a un tercer género” – afirman con vehemencia y agregan – “Somos Muxes, personas que nacimos con genitales masculinos, pero que asumimos roles femeninos en nuestra vida familiar, social y también en la intimidad”- .

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Si bien se insiste que son casi venerados por sus familias y muy respetados por la comunidad oaxaqueña, vale destacar que algunos de ellos no piensan así y a voz en cuello afirman que el maltrato y la discriminación familiar la sufren desde niños, cuando comienzan a expresar y a mostrar sus verdaderas preferencias de carácter sexual. Luego, al ser mayores y aportar económicamente al núcleo familiar, son tolerados y aceptados. Tampoco los aceptan en los colegios secundarios, ya que no pueden asistir a clases vestidos de mujer. Los Muxes son laboralmente independientes y trabajan como peluqueras, costureras, cocineras, bailarinas, vendedoras callejeras o prostitutas. Muchos de ellos dedican sus vidas a cuidar y ayudar a sus ancianos padres. Pocos estudiaron y se graduaron en carreras como antropología o sociología, pero siempre fuera de Oaxaca.

Se estima en cinco o seis mil, la cantidad de Muxes y sin duda alguna, constituyen una gran atracción turística. En la antigüedad – se dice – iniciaban sexualmente a los jóvenes zapotecas, ya que las niñas eran preservadas como vírgenes. En estos tiempos se calcula que la mitad de la población joven de Oaxaca debuta
sexualmente con algún Muxe.

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Estas personas del tercer sexo, como les gusta llamarse, se nuclean en una organización fundada en 1.970 denominada “Las verdaderas intrépidas buscadoras de peligro”, un cuasi gremio que solo acepta a socios Muxes. Tal vez, el rol más importante de esta asociación sea el de dirigir y supervisar en las fiestas religiosas – católicas – los desfiles donde participan centenares de Muxes exhibiendo llamativas y costosas vestimentas femeninas. Muchos lucen vestidos de tehuana, una ropa que impuso socialmente la gran pintora mejicana Frida Kahlo a principio de los cincuenta.

Pero es en el mes de noviembre cuando los Muxes celebran su propia y exclusiva VELA, fiesta que convoca a visitantes de todo el mundo. En su mayoría homosexuales, quienes identifican esta festividad con la Marcha del Orgullo Gay que se desarrolla en distintos lugares del planeta.

Hasta hoy, los Muxes continúan luchando para adquirir más derechos.

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