Cansancio
Enviado por josé ramón ayllón el 21/11/19 • En la sección de El sueño de
A veces el camino es un dejar que el cuerpo
prosiga desganado la inercia de un mal viaje.
Paso tras paso y nada.
Apeadero triste.
Paso tras paso y polvo.
Reloj circunstancial paralizado
viendo pasar los trenes y las horas,
que remueven a rachas estelas precintadas
de un ayer tan vencido,
que no sabes siquiera si alguna vez fue tuyo
o si es un sueño más, como es sueño el mirarte
y descubrir que sigues con los ojos abiertos,
a pesar de ese rictus opaco que los vela.

A veces el camino es sólo un laberinto,
un desandar lo andado, un tropezar, un tiento;
un dar vueltas al ritmo confuso del poema,
que no fuimos capaces de ensalivar tan sólo
y se nos hizo espina de veneno en la boca.
A veces el camino es un desierto frío,
un desplegar las sábanas que no dormirá nadie,
una costra de herrumbre, un sinsabor, un nudo;
un silenciar preguntas
para evitar que el hueso pesado de la vida
se desplome de pronto sobre los hombros frágiles
y nos hunda en la arena letal de los que nutren
un limbo desafecto de ventanas tapiadas.
A veces el camino es sólo un sin camino.
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