Escrito por: Valentín R. A.

Me siento solo, en una isla, naufragado por la derrota de mi vida, no sabiendo qué comer y desorientado de cuál será mi destino, escribo mi historia en la arena de la playa.

Fui a una batalla con todo mi potencial, en ella conforme guerreaban los míos y, avanzamos sobre lo hostil de la vida, no me estaba dando cuenta que esa batalla no era mía. Pero sacando ese luchador que yo tenía, me iba derrotando, viendo como los míos me imploraban la retirada de esa batalla.

Cuando me golpeaban sacaba fuerzas que yo no sabía que tenía, y entre espadas y bombazos, mi sangre corría, por ese barco de mi vida, por el cual luché hasta que me encontré en la orilla de esa playa desconocida, sin saber nada más de los míos.

Andando, derrotado de esa batalla sigo, náufrago de mi vida, meditando, intentando reconstruir mi pasado en esos momentos que no entendía.

Pregunta sobre pregunta, con la mirada perdida en el horizonte, meditando sobre mis errores y derrota, ¿dónde este guerrero tiene sus límites?

Ahora entiendo esos mitos de que el capitán con su barco se hundía; antes no entendía esas palabras, ahora las he vivido por mi vida vivida. Después de responderme preguntas y preguntas, he aprendido que lo que no me ha matado porque eso me hubiera merecido, por llevar a esas personas que quiero y seguiré queriendo, a una derrota en el dolor de mis heridas, que sangran en estos días de incertidumbre, de encontrarme a mí mismo.

Me cuesta entender que el afán de ganar esta batalla, me haya llevado a esa isla tan perdida de la vida. Me gustaría explicarle a esos guerreros que ya no están en mi vida, que una batalla se pierde, pero no se le condena toda una vida.

* 1º Premio categoría Microrrelato en el Certamen ”Picapedreros” de Poesía, Guión y Microrrelato 2017 para centros penitenciarios