Escrito por:  Rayco G. M.

Yo también fui un niño que jugaba, que rezaba, que soñaba sonriente cuando la luna se asomaba, ahora me miras y aquí dónde me ves yo también me emocionaba con un balón del “Corte Ingles” pero mi futuro no iba a ser como cualquiera se imagina, yo me crie entre delincuencia al doblar cada esquina.

La tele me enseño que la calle era una mina, los que decían ser mis amigos me ofrecieron mi primer gramo de cocaína ¡fume, fume y a robar me dedique! Dormía de día hasta que (saliera la noche).

Así me hice piloto y perfecto ladrón de coches, no me daba cuenta de ninguno de mis errores, pero lo pensé más seriamente desde el centro de menores, mis primeras rejas, mis primeros muros ¡Ahí  descubrí que estar preso era muy duro! Aún sigo cautivo en la soledad y la pena, mi madre sigue llorando pues tengo 12 años de condena, ahora dos lágrimas en mi rostro tatuadas, cicatrices en mi cuerpo.

Una historia estoy contando: Las apariencias engañan ya lo dice el Señor; la fachada no importa, importa el interior, 8 años. Intensa ha sido mi campaña, la mala suerte y un fantasma a todos lados me acompañan y Navidad tras Navidad yo me vi sin libertad.

Me ahogaba en una pesadilla que se hacía realidad, que destino más triste vivir donde nunca quise, viaje de lado a lado con pase VIP de las manos esposadas, en cada cárcel que estuve fui madurando poco a poco, en cada módulo que estuve me rodee de los más locos, de nuevo otra cunda, yo soy un buen niño que nadie se confunda y en un despiste el Diablo me llamó ¡ el sonido de aquella gota que por la plata camino!¡ ese camino marco mis pasos y el de las huellas que nunca podré borrar!

Ahora sólo sé que estoy y que yo aquí no soy nada, porque yo sin libertad soy como el agua pasada y pensar que yo era libre y ¿las alas me cortaron? Por las culpas de mis culpas y los palos que yo he dado, que me veo pequeñito en este agujero tan chico que me dan de comer lo que no quieren los bichos y si vas a protestar en camilla al hospital y si preguntan qué paso- por la escalera se cayó- y si quieres creerlo yo tampoco lo creía porque estando en libertad era todo tontería.

Yo no pido perdón, ni tampoco compasión, solo pido que si hay justicia que venga más deprisa que se trata de mi vida y se marcha muy deprisa, por eso señor juez quiero preguntar ¿Qué cree usted que hace la gente? Yo solo jugaba a soñar por eso le pido que me devuelva mi libertad para así poder luchar porque estando aquí dentro dos cosas conseguirán. 1.-Que me hunda en el barro; 2.- Que me pudra en un penal.  –Libertad-.

* 1º Premio categoría Microrrelato en el Certamen ”Picapedreros” de Poesía, Guión y Microrrelato 2017 para centros penitenciarios