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Misión en Venezuela

Posted By Padre Ramón Lázaro On 09/02/2021 @ 09:30 In Apuntes,Miscelánea | No Comments

Andrés García, consolato que trabaja con los warao me acaba de enviar esto aprovechando un poquito de conexión de Internet que han logrado tener hoy. Te lo comparto.

Querida famila, queridos amigos ¿cómo estáis?

La comunicación se vuelve cada vez más difícil desde Nabasanuka, nuestra misión, no sólo porque no tenemos acceso al internet ni al teléfono ni a la televisión, sino también porque no teniendo fácil acceso a la gasolina, no podemos visitar las comunidades con la frecuencia que quisiéramos y tampoco podemos imaginar viajar mensualmente a la ciudad de Tucupita, como antes, para transportar enfermos, reponer enseres y comprar y transportar medicinas, cuadernos, lápices, ropa, instrumentos de trabajo y lo necesario para las demás actividades pastorales; tampoco podemos asegurar transporte para las personas que nos quieren ayudar ofreciendo tiempos de voluntariado o encuentros de formación…

He empezado a visitar en curiara (canoa) algunas comunidades y uno descubre otros ritmos, otras realidades, y muchas limitaciones: las marejadas fuertes y lluvias vuelven a veces peligroso el viaje, dificultan el transporte de materiales (todo se moja, sí o sí) y limitan mucho las actividades que se pueden realizar.

Estoy pensando en un pequeño motor fuera-borda, eléctrico, que se recargue con energía solar, pero eso supone una gran inversión y en la situación actual…  La precariedad del día a día en los caños, con este gobierno que se desmorona pero no quiere dejar paso a otras posibilidades, está llevando a los warao a buscar cualquier camino para sobrevivir y, dada la ausencia de atención gubernamental en todos los sentidos, están entrando en picado en la propuesta de los contrabandistas de Trinidad y de Guyana. Ellos vienen a comprar especies protegidas (aves exóticas, perros de agua,…), ofrecen semillas de marihuana para que las siembren para ellos, que luego de unos meses vienen a comprar la cosecha, se llevan también a jóvenes mujeres que luego inician a la prostitución en Trinidad, favorecen la migración ilegal, … La moneda de trueque en todo este contrabando es algo de comida (harina, azúcar y galletas), o bien gasolina.

 Tucupita-1-1

Claro, que los precios no son justos y que quien sale ganando siempre son los contrabandistas, pero los warao entran al juego por necesidad y por falta de formación. Lo alarmante es que todo esto está desmembrando las entrañas del pueblo warao. Es una bomba de relojería que ya está explotando: el consumo de cannabis esta aumentando entre los warao, con todas sus consecuencias sociales, la violencia se va haciendo más presente con más fuerza y con más frecuencia, la prostitución empieza a ejercerse en algunas comunidades, los líderes tradicionales pierden autoridad,…

La víctimas primeras de todo esto son los jóvenes, que sin otras propuestas, están expuestos a las seductoras ofertas de los contrabandistas, que ya empiezan a echar raíces por aquí, uniéndose a chicas warao. Aunque las familias no están de acuerdo, al final acceden porque los Trinitarios saben estudiar el hambre y necesidad que tienen y “compran” su acuerdo con cosas materiales que al final los hacen dependientes y sumisos…

Como veis, no todo es corona-virus. Por aquí sí que está dando una especie de gripe muy fuerte con esos síntomas del corona-virus, pero no tenemos modo de hacer pruebas ni de tratar… Así que algunos se van (no muchos por ahora), otros la superan usando medicina natural. En Tucupita, en cambio, sí que se habla de más de 2.000 casos (unos 600 dice el gobierno) y hay bastantes personas que han muerto. Es muy difícil la prevención aquí porque no se puede comprar el jabón ni el cloro en muchos hogares… falta el agua en las casas,… y además para los warao, con su escasa instrucción en medicina, resulta muy difícil entender la relación entre la mascarilla, el virus, la enfermedad,…

 Vista_de_Tucupita

El confinamiento por COVID disminuyó la luz que entraba dando esperanza a nuestras comunidades y los únicos que seguían llegando más allá de toda restricción son los contrabandistas, que en poco tiempo cambiaron música y ritmo en la sinfonía del Bajo Delta. Así las cosas, decidí retomar algunas visitas, reuniones y celebraciones (con la prevención que está a nuestro alcance), a petición de muchas personas y de los líderes comunitarios, porque somos humanos y necesitamos recordar dónde está la luz y el horizonte de sentido de nuestras vidas, de la Vida.

Gracias a Dios, la gente está respondiendo muy bien, tenían ganas de retomar el camino y sin miedo a los grandes desafíos que nos esperan.  No somos muchos, no. Tampoco conviene que sea mucha la sal en las comidas. Dos o tres bastan, para que nuestro Señor se haga presente con su Gracia. Y ahí vamos, retomando y sembrando esperanza y vida con alegría y entusiasmo. Disfrutando de la sinfonía de la Vida que en nuestros caños desborda por todos los lados. Agradecidos y felices de participar en ella y con tanta buena gente.

Gracias por vuestra amistad, vuestras oraciones y solidaridad. Os dejo, he sido muy largo, pero os doy tiempo para que descanséis.

Un abrazo y una oración.


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