Amanda
Enviado por José Carlos Parrilla Montero el 27/05/21 • En la sección de El sueño de
Quizás solo sea eso
lo que te empieza a molestar
cuando sube por la escalera
la mujer altiva y todavía entera
acercándose al altar
donde la mentira cae por su peso
quizás solo sea eso
con profundo olor a incienso
rodeando al cura que te mira tenso
y tú, mirando al monaguillo
con las rodillas, de hierba verde y sin brillo
cuando te sonrojas con el primer beso
quizás solo sea eso
cuando oyes la campanilla
y una lágrima se asoma a tu mejilla
tal vez te oprima el silencio
al recordar el pasado
de la cárcel de papel, donde estuviste preso
quizás solo sea eso
lo que te lleve avergonzado
en una noche de estrellas en el espacio
durmiendo a la intemperie
entre las hojas marchitas del sueño
con el estuche cuadrado que viene de serie
y la manta podrida que tapa tu sexo

quizás solo sea eso
la cara del niño que sonríe
viendo a la madrina con el moño
o al padrino, ligeramente borracho
en un atardecer triste de otoño
donde se paran las agujas del reloj del techo
quizás solo sea eso
el impulso de la necesidad de cariño
o la ira contenida en el rictus de la educación
con la mirada puesta en aquel muchacho
cuando se iba a la estación
pensando en una vía sin final
a pesar de estar envuelta en un manto espeso
quizás solo sea eso
como hacer de tripas, corazón
cuando te ves en un fangal
y nadie se da cuenta que se te escapa el alma
y todos te palmean la espalda
diciendo: tranquilo, aún rueda la noria
quizás solo sea eso
que me enamoré en un exceso
y ahora me duele una pena
escondida en el fondo de mi memoria
la que siempre fue mi condena
el adiós mentiroso, de un poseso.
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