Enfermo de pena

Estoy enfermo de pena,

mi vida no tiene lena;

quiero morirme veloz

para no sentir lo atroz 

de los golpes de la voz

que despedazan como hoz

cuando dañan al amor

y lo dejan con pavor,

allí como peste ajena,

atado en saco de arroz,

izado en crudo dolor.

enfermedad, duelo 

Estoy enfermo de pena,

y por ello mi condena

fue recorrer contra el viento

por el largo sufrimiento,

teniendo solo un asiento

para recostar mi aliento

por quien nadie da un denario

ni espacio en el escenario

porque solamente llena

la vid del abatimiento

goza ya en el Centenario.

 

Estoy enfermo de pena,

pero hoy tendré una gran cena

con velas, formol y cantos,

disfrutaré como tantos

para llegar a los santos

y sentir esos encantos

de la bienhadada muerte

quien me recibirá inerte

con una bendición llena

de solo espléndidos mantos

y rezos de buena suerte.

 

Imprimir artículo Imprimir artículo

Comparte este artículo

Deja un comentario

Por favor ten presente que: los comentarios son revisados previamente a su publicación, y esta tarea puede llevar algo de retraso. No hay necesidad de que envíes tu comentario de nuevo.