Clases de Yoga: Capítulo 2º (2ª parte). La caja mágica.

Escrito por: P. Juan

 

4) La práctica del retorno

 

Ejercicio 1

PRIMERA SEMANA

 

Escoger un lugar apropiado, donde nadie os moleste. Durante unos quince minutos, sentaos tranquilamente y enfocad la mente en un pensamiento agradable. Coloquemos ante nuestra vista un reloj que marque los segundos y anotemos el tiempo exacto. Cerremos los ojos, pensemos en el objeto y tratemos de no olvidarlo. Después de un corto tiempo hallaremos que estamos pensando en algo muy distinto. Apuntemos entonces en columnas respectivas de vuestro cuaderno:

1) Aquello en que nos concentramos.

2) El período de tiempo, y

3) Aquello en que nos hallamos pensando.

Este procedimiento puede repetirse varias veces, pero si os doliera la cabeza, debe dejársele por el momento. Debe escogerse un objeto sencillo y comparativamente sin interés, como una moneda, un reloj, una pluma, una hoja, una flor sencilla, para este experimento preliminar, si bien conviene cambiarlo de cuando en cuando. Al terminar la semana de estudio veréis, en el cuaderno, que vuestra concentración ha cesado siempre por una de las siguientes razones: impaciencia, ansiedad sobre algo, somnolencia, inquietud corporal, dolor de cabeza, detención de la respiración o interrupción exterior. Habremos descubierto que la mente es inquieta, y responde demasiado fácilmente a la más ligera perturbación, ora del mundo exterior, ora del cuerpo, de modo que nada le cuesta abandonar el tema de la concentración y prestad atención a cualquier otra cosa.

Lo dicho nos lleva al siguiente ejercicio, la práctica de retorno.

Acostumbran los estudiantes que desean adquirir la concentración de modo que puedan mantener la atención en una sola cosa durante algún tiempo, “fijar la mente con firmeza sobre el objeto, con determinada voluntad”, y hacerla volver de nuevo cada vez que se la encuentra vagando. No es este el mejor medio de llegar a la concentración. El modo correcto de hacerlo es “DECIDIR EL OBJETO EN QUE NUESTRA ATENCIÓN HA DE FIJARSE, LUEGO PENSEMOS EN TODO LO QUE PODAMOS PERO QUE EN NINGÚN MOMENTO LO PERDAMOS DE VISTA”.

Mente-y-pensamiento_Imagen

Ejercicio 2

SEGUNDA, TERCERA Y CUARTA SEMANA

 

Antes de sentarnos a iniciar la práctica del retorno decidamos en forma muy definida “cual” ha de ser el objeto de nuestra atención o concentración, y por “cuanto” tiempo debemos sostenerla. “Es muy conveniente determinar exactamente antes de sentarse lo que se va a hacer, y luego hagámoslo”, “IMPORTA MUCHO QUE DETERMINEMOS CLARAMENTE EN LA IMAGINACIÓN LO QUE VAMOS A HACER, Y ANTES DE EMPEZAR NOS IMAGINEMOS HACIÉNDOLO”.

Practiquemos todos los días el siguiente ejercicio, durante unas tres semanas, antes de ir adelante. No importa que objeto escojamos si bien conviene evitar al principio todo aquello que sea muy difícil o complejo. Debe pensarse en objetos materiales, cuadros o símbolos teniendo cuidado de cambiarlos cada dos o tres días.

Ejemplo: “Supongamos que decidimos concentrarnos en una vaca: debemos pensar en todo lo que podamos, pero sin perder de vista a la vaca.”

Esto es, debemos pensar en todo lo que podamos relacionar con la idea de vaca, siguiendo cualquiera de las cuatro líneas de pensamiento que ya se han explicado.

Cerramos los ojos, e imaginamos una vaca y nos decimos: “Primera ley: OBJETO Y CLASE”, y otros objetos de la misma índole, y pensemos: “La vaca es un animal, un cuadrúpedo, un mamífero…” (puede haber también otras clases), “Y otros miembros de su especie son las ovejas, caballos, perros, gatos…y así sucesivamente, hasta que podamos educir de la mente todo lo que se pueda pensar a este respecto”. “No nos sintamos satisfechos hasta haber conseguido extraer todo posible pensamiento”.

Pasamos a la segunda vía del pensamiento de la vaca en su “Conjunto y en sus detalles”. Los ojos, la nariz, las orejas, las patas, las pezuñas, etc., también en las partes internas si estamos al cabo de la anatomía y fisiología del animal.

En tercer lugar sigue la ley que interviene en “Los objetos y sus cualidades”. Pensamos en las cualidades físicas de la vaca: su tamaño, peso, color, forma, modo de andar, costumbres, etc., y también en sus cualidades mentales y sentimentales, en lo que es posible discernirlas.

La cuarta división, o la de “La experiencia familiar”, en que pasamos revista las vacas que hemos conocido, particularmente las experiencias habidas con vacas que han dejado huellas en nuestra imaginación. En esta clase caen también cosas comunes relacionadas con estos animales, como la leche, la mantequilla, el queso, los potreros, el pasto, etc.

Extraigamos todos los pensamientos, que nos es posible, relacionados directamente con la idea vaca en cuestión, es el fundamento de lo expuesto arriba. “ESTO NO DEBE HACERSE EN FORMA DESCUIDADA E INCIERTA”; sino que al terminar el ejercicio “DEBEMOS TENER CONCIENCIA” de que en cada dirección hemos buscado toda posible idea, mientras que todo el tiempo tuvimos presente a la vaca y la atención no se separó de ella”. No nos dejemos llevar por la tentación de seguir algún interesante pensamiento a la idea que extraemos.

 

Al realizar esta práctica debidamente se produce “EL HÁBITO DEL RETORNO”, que reemplaza el antiguo hábito de vagar, de manera que llega a ser inclinación de la mente volver al pensamiento central, y se adquiere el poder de fijar la atención en una sola cosa durante largo tiempo.

Esta práctica de la concentración se asemeja a un viaje en que inspeccionamos los campos intermedios, mientras el objeto central de la concentración permanece descollante.

Esta práctica da:

-Poder a la concentración

-Beneficio a la mente en muy diversos modos

-Adiestramiento de la mente en:

  1. a) La observación
  2. b) El pensar correcto y consecutivo.

– Organización en parte de ese cúmulo de conocimientos que quizá por muchos años, hemos estado arrastrando sin ningún orden ni concierto en nuestra mente.

Este ejercicio realizado por tres semanas, exactamente de acuerdo con las instrucciones, tornará la mente más lúcida y te dará fuerzas y calidad evidentes no sólo en el momento del ejercicio, sino en todo tiempo, cualquiera que sea el asunto en que el pensamiento esté ocupado durante el día.

 

5) La observación

 

Uno de los más fructíferos resultados consistirá en el desarrollo de una observación perspicaz y exacta. Las ideas de muchísima gente sobre cualquier cosa son excesivamente imperfectas. En las pinturas mentales que se forman de las cosas, algunos puntos son claros, otros vagos, y otros faltan completamente, hasta tal extremo que a veces se halla en la mente aislado un fragmento de una cosa como una especie de símbolo del objeto entero.

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