Escrito por: José Juan G. F.

Manzana, inconsciente de su gravedad que la cabeza de Newton golpeaste, ajena a un otoño de caducidad, que surgiendo de la inopia revelaste.

Tú, que un día fuiste fruta prohibida, de la existencia de un paraíso, atrayendo oídos sordos de desidia, reparó tu pecado alguien llamado Cristo.

Gran Manzana, avenida de New York, tantas veces recorrida por Evas y Adanes, como hijos de un dios menor, arderán en la hoguera de las vanidades.

Naranja, que oculta en su piel una sensación áspera, amargada, desata la violencia más cruel reflejo de juventud desarraigada.

Al compás de un Beethoven revolucionado, la leche plus altera la quijotera de la percepción de un mundo videado, crece en el Korova, la semilla germinada.

Tú que resaltas el rostro impávido de quien maneja los hilos del Godfather color que siempre precede al color inflingido, no perturba el semblante del poder.

Bananas que proclaman la contracultura, transforman la realidad al absurdo, rompen órdenes establecidas y dan curvatura nuevas formas y sentidos estrafalarios.

Lienzo de Marilyn, llena de colorido, una inmortalidad, que busca respuesta, en teléfonos mágicos de Andy Warhol para hablar con el más allá a cobro revertido.

Extrovertidas bananas de Velvet Underground, que distorsionan la realidad al absurdo, el ruido de protestas que sucumbirán, a la heroína silenciosa en un día perfecto.

* 1º Premio categoría Poesía en el Certamen ”Picapedreros” de Poesía, Guión y Microrrelato 2018 para centros penitenciarios