Escrito por: Heber Gabriel C. P.

Estoy viviendo en cadenas

entre ratas y leones,

donde fluye a borbotones

el peso de las condenas,

donde no sirven las penas

mi delirio compungido,

aquí está todo corroído,

a merced de la esperanza,

ya no importa la tardanza

pues todo está perdido.

El camino es escarpado,

de afecto todo crece

y la carne se escarnece

en un rincón olvidado;

impregnado, consternado,

contra el virus de mi suerte,

sórdido, parco y demente

añoro un mendrugo de paz,

indagando al sino, falas

por el día de mi muerte.

Filtrando mi seca mano

entre la infernal ventana

buscaba por la mañana

sofocar este aire insano

de puro olor a villano;

mis laceradas retinas

transformadas en cretinas

lágrimas grises sangraban,

los barrotes me danzaban

entre grillos y letrinas.

Suéltame ya socavón,

ponzoñosa celda fría,

la fastuosa rebeldía

finalizó en aluvión,

qué nefasta revelación,

tempestad que me oprimía,

anhelo la luz del día,

no capto su sensación,

llévame ya al paredón,

-del yugo me libraría-.

Jolgorioso me sentía,

no comprendía del dolor,

regocijado en el fervor

que la vida me ofrecía,

mi mente se conmovía

como estruendo segador,

dejando el divino clamor

como primer pensamiento;

de verdad Señor lo siento

por no vivir tu inmenso amor.

* 1º Premio categoría Poesía en el Certamen ”Picapedreros” de Poesía, Guión y Microrrelato 2018 para centros penitenciarios