Corazón tierno
Escrito por: Luis Javier F. C.
Amor, corazón tierno, ¿cuál es tu aroma, de qué mar, de qué selva, de qué desierto, de qué flor, de qué tierra?
Junto a tu lánguido cuello o en tu pecho me asomo, olfateo entre el hombro y la boca buscando, descubriendo la fuente de dónde dimana tu olor: Es florido, pero no es flor, no es punzante de rosa con espinas o penetrante aroma de furioso vino encarcelado en un racimo de uvas.
Es todo, es arena mojada, es brisa, madera húmeda o fuego de limones, aroma de resina en las venas, olor a fruta del árbol de la verdad, manzana mordida con pecado e inocencia vespertina; aroma a hierba y manantial, más de cerca huele a mora, a sangre que fluye caliente recorriendo tu pálido cuerpo en torrentes de zarzamoras; olor a hogar y leche hervida, a leña quemada y trementina; aroma para mis dedos que rozaron la mojada cueva de tu sexo, tu pelo rizado en caracolas, la joya, la colmena, la miel en tu boca; allí fue, mis dedos dejaron olor a sudor y a cárcel, a esperma y lavanda recogida, fragancia de estela de cometas; allí, mi piel desnuda se fundió con el dulce aroma de tu amor, como en una fragua de corazones o en música de viento y rama; en lo alto, entre el aroma de las nubes y el campanario: Amor, olor, lenguaje de tu cuerpo en la lengua de la luna en tu noche, en el calor del sol en tus ojos.
Tu corazón desprende su aroma y sube desde la ciudad encarcelada hasta la cumbre de la montaña: En tu corazón yo sostengo su latido y huelo la sangre caliente que sube, la zarzamora inmersa en su olor, la luna que respiras, la saliva que recorre tu belleza hasta que llega al beso que me espera en tus labios.
* 1º Premio categoría Microrrelato en el Certamen ”Picapedreros” de Poesía, Guión y Microrrelato 2018 para centros penitenciarios