Notre Dame

Ella era la encargada de abrir y cerrar las puertas de NOTRE DAME DE PARIS,  todo  esto en su ordenador en un departamento situado en ISY LES MOLINEAUX . Desde allí se podía ver  a Notre Dame por completo.

El día anterior al incendio la enfermera encargada tomó la tensión de Luz. Estaba normal, podía entrar al software sin problemas, sus manos estaban conectadas y registradas en  él. Ese día, Luz abrió las puertas de Notre Dame a las ocho de la mañana como siempre, la tensión era normal,  la calefacción y el rosetón brillaban reflejando el calor de Notre Dame, sin ninguna novedad.

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Debía salir de compras pero antes pasó por Notre Dame para encender una veladora  de panel solar que  se prendía con las luces que traspasaban los vitrales. Ese día no había muchos turistas. Como de costumbre Notre Dame  cerró las puertas  a las siete de la noche.

Ese día hubo un apagón a las siete y cuarto de la noche en Isy. Al cabo de diez minutos volvió la electricidad. Sin embargo el ordenador de Luz quedó encendido y ella no se percató de ello,  creyó que estaba apagado y que todo andaba normal.

Por la noche, el sistema se recargó y de la veladora solar saltó una pequeña chispa al pie de unos folletos de visita  turística de Notre Dame. Notre Dame ardió en llamas, se quemó, solo quedaron las gárgolas, y algunas estructuras metálicas y la piedra.  No fue un acto terrorista, fue un pequeño descuido que a cualquiera le puede pasar.

Sin embargo gracias a las grandes “fortunas” donadas por varios millonarios y Administraciones Públicas Europeas tendremos  a NOTRE DAME DE PARIS de vuelta aún mejor y más católica que nunca.

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