Desde dentro (Carta a un amor perdido)

Escrito por: José O. M.

 

Amor mío:

Esta triste mañana, como otras no tan tristes, desperté pensando en ti. Y es que desde que te conocí, has sido mi esperanzador amanecer, mi desnuda necesidad, mi desesperada razón de ser y de vivir.

desde dentroSé que tienes mucho para reprocharme, lo comprendo. Sé que la culpa de esta separación es solo mía, lo reconozco. Y sé también que no me añoras como yo te añoro, que los muchísimos amantes monopolizan parte de mi existencia, pero no encuentro fuerza moral para acusarte a ti de todo ello.

A veces, en fugaces momentos de lucidez, me prometo pagar todas aquellas culpas que me apartaron de ti y que me permitan recuperarte, sentirte mía, totalmente mía de nuevo. Otras veces, cuando la frustración de no poder poseerte me arrastra por el insondable abismo de la angustia, quisiera tener la valentía, o cobardía suficiente, para librarme de tu tiránico yugo.

A veces, en la asfixiante soledad de mi celda, cuando el blanco del papel me incita a pecar con las negras letras de mi imaginación, te veo en brazos de otra persona, hombre o mujer, que importa el sexo, y mi sufrimiento alcanza el límite del paroxismo y la locura.

Dice un antiguo tópico que solo conocemos el valor de las cosas cuando las perdemos. Eso no es cierto y tú lo sabes, pues yo jamás olvidaré el tesoro inmenso que supone tenerte. Lo que ocurre, es que no sé vivir sometido al constante miedo de tu ausencia, porque esa obsesión me enloquecería. Por ello he aprendido a convivir con ese miedo, a cuidarme, a descuidarme, a menospreciarme, pero jamás llegaré a menospreciar el temor a perderte, no te menospreciaré a ti. Pero tras la fuerte tormenta de los sentimientos reprimidos, frustrados deseos, aparece la serena calma de la realidad aceptada, tú eres el único y posible norte de la brújula loca de mi vida.

Pero no te canso más quimera mía. te dejo ahora, aunque este abandono solo sea en el papel, porque en mi pensamiento te tengo cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo, cada instante de esta vacía sin ti existencia, acompañado tan solo de barrotes, celdas y muros.

Besando con la imaginación tus labios, acariciando mentalmente tu cuerpo y, deseándote como nunca jamás desee otra cosa, me despido de ti, mi amada, mi añorada, mi adorada, mi querida libertad.

 

* 1º Premio categoría Microrrelato en el Certamen ”Picapedreros” de Poesía, Guión y Microrrelato 2018 para centros penitenciarios

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