¿Una Semana Santa?

Se aproxima la Semana Santa y, como cada año, los que aquí nos encontramos, lejos de nuestros lugares de origen, añoramos nuestras tradiciones en estas fechas. Por ello, hemos escrito este artículo, a modo de compendio de las vivencias que, en estas festividades, recordamos con nostalgia.

Os relataremos las tradiciones que, para Semana Santa, tienen lugar en países como Colombia, Venezuela, Italia y Francia. Asimismo, nos referiremos a los actos celebrados en un pequeño pero importante pueblo del Bajo Aragón, La Puebla de Híjar, representativo de los nueve que componen la famosa “Ruta del Tambor y el Bombo”. Lo hemos escogido por su larga historia y sus peculiaridades, que lo hacen único, en esta celebración.

Norte de Italia

Escrito por: Federico T.

En Italia, la Semana Santa se vive en silencio. En los pueblos del Norte, las campanas dejan  de emitir su rítmico sonido el Viernes Santo (a las 15’00 hs. aprox., en que finaliza el Vía Crucis) y hasta el Domingo de Pasqua por la mañana cualquier ruido está casi prohibido. Todos vivimos estos días en silencio.

La fiesta grande en Italia es el domingo y el lunes siguiente, días en los que no hay nada abierto, nadie trabaja. El Domingo de  resurrección o de Pasqua (Pasquetta), es como la Navidad, todo el mundo come en familia.

En la Pasqua de la Resurrección algunos productos típicos que comemos son:

- Huevos pintados o de chocholate.
- La columba, que es un dulce.
- Carne de cordero.

El lunes de Pasqua se denomina también “el lunes del ángel”. Es decir, el ángel que ha encontrado María en el sepulcro vacío el Domingo de Resurrección por la mañana. Y este día, las familias y amigos vamos al campo a comer, generalmente barbacoa de cordero, y divertirnos.

Noroeste de Colombia

Escrito por: Carlos A.C.

En estas fechas es muy común hacer “dulces” a modo de mermeladas que luego se reparten entre los amigos y vecinos. El repertorio es muy variopinto, algunos llevan leche y otros no, los hay de ñame, de papa, de papaya, de mango, de guandú y el famoso “dulce de Arequipe” o manjar blanco, etc. Son buenísimos, aunque no todo el mundo sabe cocinarlos.

También se suelen comer los tradicionales “motes” de queso, de guandú, de frijol y los famosos “viudos de pescado”.  Todos estos manjares no son sino la excusa perfecta para que todos nos reunamos en familia en estos días.

En cuanto a las celebraciones religiosas, acá se hacen muchas ceremonias religiosas y también procesiones, en las que salen todas las Autoridades y las Bandas “de guerra” de todos los colegios de la ciudad a tocar e imágenes de Jesús. De hecho, ya el Domingo de Ramos se inician las procesiones tras la bendición de los ramos.

Durante esa semana, hay muchas actividades programadas por y en cada Iglesia ( Se ora con mucho fervor y en grupos de oración, que la preparan especialmente para ese día; se realiza la Unción de los enfermos, etc.). También se representa al muñeco de Judas (como en Venezuela), aunque aquí es un actor al que se le ahorca (con un arnés por supuesto). Hay que reseñar también que la procesión de Popayán es comparable en vistosidad, fervor y belleza a cualquiera de las de España.

El Jueves Santo tiene lugar el Sermón de las Siete palabras y luego se sale en procesión; el Sábado Santo está dedicado a la Vírgen y el Domingo de Resurrección se realiza una ceremonia en las Iglesias que se prolonga durante horas.

También es muy típico que, en el exterior de las Iglesias, halla puestos en los que se vende comida, libros santos, escapularios, imágenes, etc.

Oeste de Venezuela

Escrito por: José E.R.

El Domingo de Ramos, todos nos reunimos, por la mañana, en un sitio con palmas u olivos. Allí, las palmas son bendecidas y, posteriormente, vamos todos en procesión hacia la Iglesia en donde se realiza una celebración eucarística.

El Viernes Santo se comienza visitando “los siete Santuarios”. En las iglesias se hace un monumento, adornado con la flor de Venezuela-la orquídea-, en donde está representado el santísimo sacramento. En ese día se debe almorzar pescado, nunca carne.

Otras tradiciones del Viernes Santo son: La “adoración de la cruz”. En la iglesia, se reflexiona sobre la cruz (o madero) en donde murió Cristo. El sacerdote canta y las personas se disponen en filas para hacer una reverencia o dar un beso a la cruz dispuesta a los feligreses; El lavatorio de los pies”. Como Jesús hizo a las discípulos, el sacerdote hace la celebración eucarística y lava los pies de doce personas; Y, además, en cada iglesia se representa un “Vía Crucis viviente, con la participación de personas de la comunidad.

El Sábado Santo, por la noche, tiene lugar la Misa de Pascua. Se bendice el fuego y el agua, se lee la Biblia y se canta el Gloria y Aleluya. Al finalizar, todos nos deseamos felices pascuas de resurrección.

Otra de las tradiciones de estos días es “el muñeco de Judas”. Se fabrica un muñeco de trapo con ropa vieja y se pasea por toda la comunidad. Como Judas fue el traidor que vendió a Jesús, con él se quiere representar todo lo corrupto y malvado de nuestra sociedad. A modo de recordatorio de su triste final para los que se den por aludidos. Al finalizar la noche del domingo se elabora el testamento de “Judas” a las personas de la comunidad. Sus zapatos, camisa, pantalones y otras ropas que lleve en ese momento, y tras su lectura se procede a la “quema de judas”.

Algunos dulces característicos son: Buñuelos (elaborados con yuca y miel); el arroz con leche y el famoso “Dulce de lechosa”.

Norte de Francia

Escrito por: Carlos F.

Allí no tenemos grandes ceremoniales como en los países latinos. Creo recordar que, únicamente, el Lunes de Pascua (“Lundi de pâques”) es festivo . Eso sí, en estos días, se celebran Misas especiales para que los fieles acudan a orar en silencio y recogimiento. Respecto a las procesiones, creo que en algunas zonas del sur sí que las realizan, aunque sin llegar, ni de lejos, a las de España, mucho más modestas.

En cuanto a la gastronomía, se cocinan torrijas, aunque allí las llamamos “pain perdu”.

El Bajo Aragón (La Puebla de Híjar)

Nuestro amigo y colaborador Luis J. García Bandrés ya lo explicaba acertadamente:

“La Ruta del Tambor y el bombo es otra cosa. Nada hay similar. Un sentimiento ancestral, de soledad y rabia envuelve los tres días que no dejan de sonar. Todo comienza la noche de Jueves Santo a las 12 en punto de la noche, salvo en Calanda que es al mediodía del Viernes.

Es un no parar. Aquí no hay cofradías. Son cuadrillas que no dejan de anunciar que Jesucristo va a morir. Piensen por un momento en 2.000 instrumentos sonando a la vez. Albalate, Alcorisa, Alcañíz, Andorra, Calanda, Híjar, La Puebla de Híjar, Samper de Calanda y Urrea son los 9 pueblos que componen esa ruta. Muchos son los que van y repiten. Es imposible no dejarse llevar por ese sonar profundo. Las cuadrillas no son parte de ninguna de las iglesias, colaboran en los distintos actos religiosos, pero van aparte. La Iglesia recurre a ellos. Inolvidable es el acto religioso en la colosal iglesia de Samper cuando los alabarderos, haciendo sonar sus cornetas, acompañan al sacerdote hasta el Monumento.

El Jueves Santo, tras romper la hora, se suele subir hasta los diferentes calvarios para acompañar en el descenso de las imágenes a la iglesia. En la noche hay luna llena. Luego ese tocar sigue. Antes más que ahora, las puertas de las casas se dejaban abiertas y con algo para comer y beber, destinados a que bombos y tambores, vestidos con sus hábitos negros y sus terceroles, repusieran fuerzas. Sí que son lugares de interés”.

Además, en La Puebla de Híjar, cada año “rompe la hora” un personaje público, en el centro de la Plaza de España, con el Alcalde de la localidad (en años anteriores, “Héroes del silencio”, Carmen París, Raúl Gracia “El Tato”, David Civera, Amaral y un largo etcétera) a los que se hace entrega del “Tambor de Honor ” de la localidad.

Poco a poco, a partir de las diez de la noche, van llegando a la Plaza de España  caras que no ocultan sus raíces, poblanos emigrantes a Barcelona, Madrid, Zaragoza,…que regresan a los lugares en donde sus tatarabuelos y los tatarabuelos de éstos ya “rompieron” muchas horas. La Puebla cuenta con unos 1300 habitantes, pero con la llegada de la Semana Santa la población aumenta hasta alrededor de los 3000.

Los saludos efusivos se suceden. La Puebla está acostumbrada a acoger, en estas fechas sobretodo. Tanto es así que, en años anteriores, los visitantes que, desde Zaragoza, se acercaban en tren eran objeto de un agasajo especial al ser recibidos en la Estación de La Puebla de Híjar por el toque acogedor y cálido de los tambores y bombos de las cuadrillas, que se fusionaba, a su vez, con el vapor y ruido de la antigua locomotora.

Este “Tren del tambor” estaba compuesto por vehículos ferroviarios históricos, en los cuales los viajeros disfrutaban del ambiente y la forma de viajar de hace más de medio siglo.

La rica gastronomía de la zona también ayuda a crear un inmejorable reclamo para acercarse a La Puebla de Híjar en estos días: suculentas variedades de almendrados, “malhechas”, torticas del alma, los bollos llorones y, si no es Viernes Santo, la carne a la brasa, las judías con morro y oreja, las migas y el queso de la tierra.

 La emoción es intensa y va subiendo progresivamente de decibelios hasta que, al llegar la medianoche, los más de mil tambores y doscientos bombos estallan en un salvaje toque rítmico. Sin duda, el estruendo debería asemejarse a aquel estremecimiento que sacudió a la naturaleza en el instante en que Jesucristo falleció en la Cruz. Y, a partir de este grandioso seísmo de la Tierra, los temblores se repetirán sin fin recordando a todas las almas citadas en estos sagrados lugares que están en el Bajo Aragón, y que aquí se “siente” de verdad la Semana Santa.

Durante estos días se suceden, asimismo, las celebraciones religiosas. Ya el Domingo de Ramos, se entran a la Iglesia las imágenes del Calvario. Las cofradías portan con firmeza y guían sus “pasos”: “Entrada de Jesús”, “Oración de Jesús en el Huerto”, “San Juan”, “Jesús atado a la columna”, “Coronación de espinas”, “El Nazareno”, “Cristo en la cruz”, “El Descendimiento”, “La Dolorosa” y “Cristo Yaciente”, siempre con la vigilante compañía de los Alabarderos romanos.

El Jueves Santo recorre el lugar la Procesión del Silencio. Un único Paso, “La oración de Jesús en el Huerto”, al que acompañan todas las Cofradías con túnica y velo.

El Viernes Santo, tras la Procesión del Pregón y los Solemnes Oficios, desfilan todas las Cofradías y Pasos en la Procesión del Santo Entierro. Al finalizar la misma, cesará el toque de los tambores y bombos.

Y el Sábado Santo, tras la reanudación del toque del tambor y el bombo a las doce del mediodía, se trasladan, por la tarde, en la concurridísima “Procesión de la ascensión”, todos los Pasos al Calvario, junto con los Alabarderos, bombos y tambores.

En los últimos años La Puebla de Híjar ha visto como se creaba un nuevo acto similar en cuanto a emotividad al de “Romper la Hora”: el Cese del toque del Tambor y el Bombo. El Cese viene a ser como “Romper la Hora” pero a la inversa, es decir, en lugar de romper el silencio con el estruendo de los tambores y los bombos, el Cese consiste en romper el estruendo de los tambores y los bombos con el silencio.

Tras la procesión de la ascensión al Calvario, las cuadrillas siguen tocando por los alrededores del pueblo hasta que se van acercando las 22:00 horas. Es entonces cuando la gente va acudiendo a la plaza de la localidad, formándose una multitud de tambores y bombos en el centro de la plaza y las calles aledañas. Cada cuadrilla entra en la plaza tocando su marcha pero, así como se van acercando las 22:00 horas, las marchas se fusionan todas en una, la misma que se toca durante la Procesión y con la que se Rompe la Hora, la cual se va acelerando con el paso de los minutos de manera que cada vez es menos reconocible.

Con el paso del tiempo la marcha de la Procesión aumenta de revoluciones y decibelios hasta que se convierte en un rebotar de palillos y mazas periódico sin ningún tipo de ritmo, creando un estremecedor estruendo que dura entre 5 y 10 minutos, hasta que por fin, con la llegada de las 22:00 horas, el toque finaliza siendo homenajeado con un aplauso por todos los presentes.

* Con un agradecimiento especial al Excmo. Ayuntamiento de La Puebla de Híjar (www.lapuebladehijar.com),  al escritor Luís J. García Bandrés y al fotógrafo Miguel Ángel Gareta.

Imprimir artículo Imprimir artículo

Comparte este artículo

Deja un comentario

Por favor ten presente que: los comentarios son revisados previamente a su publicación, y esta tarea puede llevar algo de retraso. No hay necesidad de que envíes tu comentario de nuevo.