31 de marzo

Un hermano mío me dijo que en África vida y muerte se entrelazan de forma macabra y esperanzadora. Hoy me he pasado la mañana de retiro junto a los consolatos del sur. Me he detenido ante la “luz oscura” del Dios de Debrêl; la unidad en El del Dios de Juan y el amor derrochado del Dios de Jesús. Y ahí he echado un vistazo atrás viendo dónde me he acercado a Él y dónde me he alejado.

Dos llamadas como dos mazazos han intentado aplastarme: Marie, una chica ciega con la que estuve en Dianra hasta 2007 falleció ayer y hoy ha sido su entierro a Korhogo. Sin tiempo para despedirme, para darle las gracias. Sólo con el recuerdo de un tiempo compartido y dichoso a pesar de haberlo vivido en medio de la guerra. Y a continuación, un mensaje de whatsapp: la chica albina a la que había comprado tres botes de crema de protección solar también ha fallecido. No sé ni de qué ni cuándo. Sólo me queda el consuelo de haber cumplido mi promesa… aunque ni tan siquiera sé si llegó a utilizarlos. Vida y muerte. Danza de vida y esperanza.

Pero ha sido muy bonito el diálogo con James y el nacimiento de una amistad que va dando sus primeros pasos. Me quedo también con la fraternidad y el buen ambiente con los consolatos del sur. A pesar de nuestras diferencias, hay alguien más grande que nos une y es bonito experimentarlo.

Aún me ha dado el día para estudiar matemáticas con los que están en 2° de Bachillerato. Reconozco que me encanta estar con este pueblo y aprovechar cada instante que el Buen Dios me ofrece. Buenas noches y, aunque sea con algunas lágrimas, dulces sueños.

1 de abril

Hace más de dos meses que volví a San Pedro y hoy es el primer día que he ido a la playa. Ha sido con motivo del jubileo de los curas de la diócesis. Ahí estábamos unos cuarenta curas de la diócesis en la bahía de las sirenas nadando, jugando a volley, a fútbol…. Ha sido un día de fraternidad y de alegría. Yo he podido conocer a un hermano palotino completamente seducido por el jubileo de la misericordia que ha anunciado el Papa para el año que viene.

A la vuelta he estado un rato con los vecinos y creo que el lunes que viene iré con ellos a la playa para celebrar la resurrección y la Vida. Por la tarde hemos celebrado la misa crismal con el obispo. Estábamos más de 60 curas. Nos han regalado a cada uno una estola y un reloj en un cuadro con mi nombre. Muy cuco. A la salida he tenido la agradable sorpresa de encontrar a una joven que fue la que animaba mi grupo durante la peregrinación de jóvenes de la diócesis. Me ha presentado a sus padres y hermanos y ha estado muy bien. También me ha dado la Vida para llamar a Mme Touré, una mujer que hace más de nueve años que no veo y a la que me ha apetecido darle una sorpresa. Lo ha agradecido un montón.

Bueno, incondicionales, me muero de sueño. Ciertamente he pensado en Marie y por la mañana he celebrado la misa por ella. Quería recordarla en la eucaristía. Buenas noches y dulces sueños.