Taller “Diálogos Restaurativos”
Escrito por: Papay
“Es un taller que nos facilita herramientas para ver las cosas por nosotros mismos, que nos ayuda a ver las cosas de otra manera …”
En esta ocasión he elegido un tema que creo, en mi modesta opinión y experiencia personal, que puede ser fundamental para todos aquellos que estemos dispuestos a recibir una ayuda personal para encaminar, de una manera positiva, las consecuencias (no solo personales) de nuestro delito.
Os estoy hablando del taller de diálogos restaurativos que se emprende en esta, temporalmente, nuestra prisión de Navalcarnero.
El principal objetivo del taller es ayudarnos a enfrentarnos a las consecuencias derivadas de nuestro delito. Pero esto se hace de una forma magistral, por un equipo técnico que nos enfrenta a nosotros mismos con nuestra realidad, haciendo que seamos capaces de ver, entender y reconocer, las consecuencias propias y ajenas producidas por el delito cometido.
Se tratan desde varios ángulos temas como el dilema moral, la empatia, la responsabilidad, la culpa, el perdón, la víctima, y muchas otras, acompañado de exposiciones audiovisuales donde podemos identificarnos con situaciones en las que podemos hacernos partícipes en primera persona de las consecuencias derivadas de nuestros actos.
No pretendo que se entienda que es un taller inquisidor, sino todo lo contrario. Es un taller que nos facilita herramientas para ver las cosas por nosotros mismos, que nos ayuda a ver las cosas de otra manera, para tratar de hacer más llevadera nuestra culpa, nuestra responsabilidad, nuestro propio perdón.
Entender las consecuencias que nuestro delito provoca en nuestras víctimas es una parte esencial para poder, finalmente, entender y aceptar, las consecuencias de nuestros actos.
Aprendemos a ver a nuestras víctimas como lo que son, personas, ajenas a nosotros, a las que hemos producido un daño, a veces irreparable, y en las que nuestro delito dejará una huella duradera, a veces eterna.
Durante el taller tendremos experiencias difíciles de digerir, momentos donde se nos revolverán las tripas, situaciones donde será difícil combatir contra nuestros propios fantasmas, pero que en definitiva harán posible entender lo ocurrido, para no volver a reincidir.
Al final, lo que alcanzas es un nivel de entendimiento, una capacidad para poder valorar las razones y consecuencias de nuestro delito, aceptando nuestra responsabilidad, alcanzando una paz interior que ayuda, ¡AYUDA MUCHO!, mucho a hacerte mejor persona, más racional, más empática.