Preso en soledad
Escrito por: Domingo P. M.
En este feudo de cipreses adormecidos y aguados.
De sombras grises arrastradas por un descampado colérico,
Prodiga el desamor en sus muros altos encorvados,
Mermando lentamente, respiro insípido el arsénico.
Perdió el sonido del mar en desánimo la caracola,
Callándose el trinar de los pájaros en la baranda del puente,
En estas noches empobrecidas y enlutadas de horas.
La realidad besa al recuerdo, las concertinas flagelan mi mente.
Sentimientos desfigurados se hacen espectros de fantasmas,
Los sueños gráciles duermen en el cieno seco del miedo,
Voces de culpables enraizadas se entremezclan con el alma,
Caminos de polvo acerbo, antagónicos alejados del cielo.
Y cultivo despojo de aquello que pudo haber sido,
Hilvanando en mi caja de hormigón sellada con cadenas,
Descubriendo en este sumidero que solo se odia lo querido.
Y la soledad me cerca cada segundo, con sus manos a mi vera.
Consumido por las vanidades de una vida enclaustrado,
Melancólico, atormentado, un héroe maltrecho y deslucido,
Se quedó mi esencia finita, como viejo barco en muelle varado,
De un futuro pez en el monasterio funesto del olvido.
Bebo hiel empapada en las cloacas, estancadas del pecado,
Y añílelo ferviente la estación lejana de mi destino.
Junto a lágrimas desterradas de temores amarrados,
Que transitan embriagadas en secretos punitivos.
Caras blancas arrugadas saludando sin surco ni expresiones.
Ángeles colgados de un solo ala, imposibles de volar.
Las monotonías cansinas con el tiempo no producen dolores,
Y ahora huelo a estiércol, cuando antes olía a sal.
Anaqueles de restos humanos por doquier me rodean.
Y un cerrojo de hierro forjado es acorde de una siniestra canción,
De las entrañas saco sonrisas, con alquimia deshacen las penas.
Poco importa entre los presos, los latidos anémicos de mi corazón.
* 1º Premio categoría Poesía en el Certamen ”Picapedreros” de Poesía, Guión y Microrrelato 2018 para centros penitenciarios
