Reinserción y esperanza
Escrito por: José Manuel Gracia
Siendo muy joven entré en un reformatorio, no sabía lo que eso era, salí de allí y volví a entrar, fui creciendo y no me daba cuenta de lo mucho que estaba perdiendo, a veces todo aquello me parecía un juego, pero fui acabando con mi adolescencia y cuando llegué a la mayoría de edad entré en prisión; fueron cinco años difíciles, encerrado entre rejas pasando “penas” y porqué no, también alegrías; nunca dejé de perder la esperanza de disfrutar de la verdadera libertad.
Supe pronto que es cierto que en estas “casas” uno entra pero no sabe cuándo sale. A pesar de ello, he vuelto a entrar de nuevo.
Aquí dentro hay gente que se preocupa por ti, me he dado cuenta que tenía que prosperar a nivel social, educativo, cultural , psíquico, y pongo en ello empeño; me afectan los lloros de mi mujer, aunque a decir verdad cada vez me los muestra menos porque me ve más esperanzado.
Reconozco que he progresado a nivel personal, que ya no me influye la pandilla tanto como lo hacía, que he encontrado otro sentido a mi vida, siento la responsabilidad de un padre y añoro esa cercanía con los hijos.
Siento la responsabilidad de un padre
y añoro esa cercanía con los hijos
Me he propuesto cambiar, respetar a los demás, querer a los que me quieren y no utilizar a las personas, familiares y amigos por lo que tienen. Soy joven, estoy seguro que aprenderé.

Un pensamiento genera una acción. Una acción genera una costumbre. Una costumbre genera un carácter. Un carácter …. una vida.
El principio es pensar cómo podemos seguir adelante.
Enhorabuena.